Agua.

¿Por qué me gusta tanto sumergirme, sentirme rodeada completamente por agua, sentirme liviana, ligera y desplazarme suavemente sin emerger a la superficie? Ha de ser a la fuerza un rasgo heredado de antes de nacer.

Una especie de recuerdo del conjunto de sensaciones que el cuerpo recuerda de su época en el interior del cuerpo de la madre, nadando entre sus fluídos.

De ahí también nuestra tendencia a encogernos en caso de tristeza, ansiedad, mientras estamos acostados. Volvemos a la posición fetal, aquella que teníamos durante los meses en que más protegidos estábamos de todo mal.


Añoranza y agua.




Feliz 08/08/08

Por el culo te la entocho.